Ich

Mi foto
Halloween Town, Spain
No soy tan loca como imaginan ni tan cuerda como quisieran. Soy un sueño destilado, una esencia enfrascada en cristal, el viento que abanican tus pestañas... yo soy... nada.

domingo, 6 de diciembre de 2009

Día cóncavo


Hacía bastantes domingos que no me (perdón por la palabra) cagaba en el domingo... ¡Maldito día siniestro! Yo que pensaba que me resultaba una lacha porque después venía el lunes... Qué equivocada estaba. Lo que pasa es que el domingo es un día cóncavo. Domingo, y no lunes, como decía mi profesor de métrica y retórica. Yo no sabía qué puñetas quería decir con eso hasta que un colega me dio su particular visión de la historia: un día cóncavo es un día engurruñado hacia adentro, como un chepudo. Ahora que lo pienso, conozco a un paisanete llamado Domingo que está el hombre completamente encorvado. Parece como si la tierra lo llamara, como dice Fito. ¿Será a consecuencia de lo que va implícito en el nombre?


No sé cómo, pero el domingo siempre acabo aquí sentada, con el asco revolviéndome las entrañas. Con maravillosas alternativas como pudrirme aquí mismo, o en el sofá, jalar las patatas con las manos, o directamente de la bolsa. Y luego están las mejores: estudiar, o tratar de hacer que mi cuarto parezca un lugar más habitable, de lo que se podría grabar un documental titulado "En lo profundo de la sabana". Así que directamente me pongo a bloggear, para contar la misma mierda de hace unos domingos y quejarme, que es mi pasatiempo favorito.


Dicen que el domingo es un día para pasarlo en familia o con tu pareja. Qué bien. Y con los jodidos angelitos tocando el arpa, ¿a que sí? El Día del Señor. Pues el señor ese debió de quedarse con to lo bueno. Fue el día que descansó, ¿no? Creo que se pasó el domingo jugando al rol con los Apóstoles, mientras la Vírgen María se moría de aburrimiento en el sofá del Portal de Belén. Ahí nacieron los villancicos. "Yo me remendaba, yo me remendé, yo me eché un remiendo, yo me lo quité": Está clarísimo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

Reina de Nada


Es grato toparse con cosas escritas hace tiempo, cosas de las que ya no te acuerdas, porque son como pequeños calambres al recuerdo. Hacía tiempo que no me pasaba, y es difícil, porque en el bazar de mi cuarto hay decenas de libretas, cuadernos, hojas y agendas sucias de mis pensamientos inacabados.


Esto es de un 10 de agosto, a las 00:49:



Sin ti...no hay nada. Lo supe pronto.

Cuando no estás, amanecer es rutina, bruma en la ventana,

anuncio de champú.

Cuando no estás, nada está en susitio,

vodka en la mañana, colillas en la cama,

esquimales sin iglú.

No huele a la menta de tus besos en la boca,

ya no es atractiva la imagen en pelotas

de los dos.

Retozando en aquella cama

de sábanas de fraela, regalo de mi abuela,

del piso de alquiler.

Cómo te extraño... ¡joder!

Y eso que no tengo

ni un solo recuerdo:

tiré desde el octavo la sortija y los CD´s.

Por el water se fueron las flores y los "te quieros",

y por el sumidero

los "mañana te llamo".

Me quedó el corazón
hecho cristal de Murano,

un vacío frío y extraño

y la conexión a Internet.

Pero sin ti... no hay nada.

Lo supe pronto.

Y me puse a andar y andar.

Descanso para echar a las palomas unas migas

y tumbarme un rato en mi cómodo cartón.

Cambié ropita de Zara

por harapos de mendiga,

y por cambiar, cambié de sitio el corazón.

A veces me da un euro una señora compasiva,

o un Ducados una diva

de algún grupo cutre de rock.

Y pensar que era reina cuando te tenía...

La Reina de Nada, es lo que soy.

martes, 15 de septiembre de 2009

Sehnsucht


El domingo, tras el magistral concierto de Inexistentes en Benavides de Órbigo, nos quedamos en el local mientras recogían los instrumentos, y la camarera puso un disco de Rammstein. Du hast sonó primero con el grito largo y profundo generado con el teclado de Christian Lorenz. Wow. Hacía años que no escuchaba a los grandes del metal electrónico. Mi mente viajó hasta aquel invierno de 2001, en que un generoso casco de walk-man me dio a conocer a los alemanes en plena calle, con un frío de los que sacan las tiras. Eran los tiempos del descubrimiento, y recuerdo una tierna versión de mí misma con el pelo hasta la cintura y la inocencia por bandera. Entonces el mundo era suficiente.


Los temas se fueron sucediendo a la par que mis recuerdos. Se trataba del álbum Sehnsucht. Contundente, como todo lo alemán, sehnsucht significa nostalgia. Nostalgia de todo lo que cabe en una caja, del pasado y del presente que no es como iba a ser. De sentirse una diosa de la noche, de sus palabras, de aquellos días de instituto, de aquellas tardes de psicología barata y terapias improvisadas con bolsas de patatas fritas y nubes de vaho. Nostalgia de aquellos cuentos, de aquellos días que siempre recuerdo helados, de aquellos paseos hasta la esquina, de aquellos CD´s que grabé. Nostalgia, porque no pensé que hubiera pasado tanto tiempo, porque ya no tengo el pelo largo, porque el otro día desempolvé esa caja y allí estabas tú. Nostalgia de mi propia nostalgia, nostalgia hasta el tuétano, nostalgia a morir.


La noche acabó en ella misma. Apagué la luz y a dormir. Hace 8 años que firmo como "Herzeleid". Wow.




miércoles, 9 de septiembre de 2009

Qué asco...


Lo fácil que es que te revienten el día... ¡Dios nos libre de los funcionarios! ¡Hágase el milagro de la lluvia de barritas All Bram de Kellogs para todos ellos!

No me explico si el ser un borde y un desconsiderado viene de serie y te seleccionan por esas cualidades, o si uno se va volviendo estreñido una vez que opta al puesto... Me imagino al Sombrero Seleccionador de La Escuela de Magia Howarts, instalado en la cabeza de una novata esperando a ser elegida para una u otra de las casas de su escuela: "Esta pelirroja es el colmo de la mala educación...sí...sin duda debo colocarla en... ¡¡FUNCIONARIOS!!".


Yo comprendo que un trabajo tan estresante como revisar montañas de papeleo, tomar café, pasarle el papeleo a la becaria de turno, tomar café, contestar al teléfono con tres o cuatro borderías, tomar café, y atender a unas pobres personas que no se enteran de nada y hacen horas y horas de cola, puede agriarle a uno un poco el carácter. Pero coño, más se le agría al minero que pasa ocho horas bajo tierra como un topo, picando carbón como un esclavo, con frío y humedad en la ropa y los pulmones, y con el presentimiento de la muerte encima constantemente. Porque oigan, en la oficina, calentito y cobrando un sueldazo se está de un bien... Y que yo sepa, hacer correctamente un trabajo no se limita a cumplir con el horario (sin comentarios). De verdad que no entiendo cómo trabajando de cara al público te puedes permitir el lujo de ser tan asqueroso. Yo nunca vi a mi mejor amiga poner mala cara a nadie en todas las horas que estaba aguantando borrachos en un bar, ni yo misma la puse, aunque tuviera mal día, a ninguno de mis alumnos...
Ains, Harry Potter, qué divertido es todo en el Callejón Diagón, con esos pequeños y graciosos gnomos que te atienden en el Gringotts Bank...



En fin... Riámonos un poco, que es la única cura...




martes, 1 de septiembre de 2009

Niebla




Iba a inventarme algo sobre el motivo de mi desaparicicón, como que haciendo pesca submarina, una ballena blanca me engulló, y que os escribo desde su estómago, donde tuve la suerte de encontrar un portátil que pillaba el wifi del tío del faro, pero luego he pensado: "¡Coño, si lo que he estado haciendo todo este tiempo es hasta interesante!", y me he dicho, seamos sinceros, que hoy en día esto es algo que no abunda, y menos vía Internet.




Desde el uno de julio, he estado entretenida en un asunto que absorvía todo mi tiempo (lo siento, queridos lectores, fue por una buena causa): He estado dando clases de castellano a inmigrantes, y entre vosotros y yo: me ha cambiado la vida. Sí, señores, ha sido una experiencia magnífica, como darle brillo a las paredes de mi persona, como reconciliarme con algo antiguo y oculto. Estoy realmente feliz.


He tenido la suerte de conocer de primera mano un mundo escondido, aunque a la vista de todos, un mundo de colores, y la gran satisfacción que da el poder aportar un granito de arena en su favor. No he podido tener mejor primera experiencia frente a una clase.




La labor del profesor de español no se limita únicamente a dar una serie de preceptos gramaticales y evaluar al alumnado. Es algo mucho más profundo, dado que nos enfrentamos a un aula muy heterogénea, tanto a nivel de nacionalidad, como a nivel del español de cada uno. Tengamos en cuenta que la dificultad de estos inmigrantes para adaptarse a su nuevo entorno no solo reside en la imposibilidad de hablar castellano, sino en muchos otros aspectos, como la diferencia abismal de culturas, el racismo, los documentos necesarios para trabajar, la falta de recursos... etc. El docente no es únicamente el que aporta la teoría, sino que también es el encargado de que sea aplicable a la vida. Preparamos a los alumnos para salir a la calle y hacerse un hueco en la sociedad española, no para un examen (aunque bien es cierto que no hay examen más duro que el de la propia vida). En esta labor tan difícil y tan bonita a la vez, no solo aprenden los alumnos: el profesor nunca deja de adquirir conocimientos, y no simplemente como docente, sino como persona. Tengo la certeza de que tras esta experiencia tan enriquecedora, cualquiera puede decir que le ha cambiado la vida, no solo yo. El futuro es la multiculturalidad, lo que exige muchas veces un esfuerzo de tolerancia que todos debemos hacer.

El inmigrante es un personaje que está ahí, que vemos en la calle, que en muchas ocasiones sufre un desprecio que no merece, y al que por lo general no nos acercamos, quizá por miedo, por incomprensión, y desgraciadamente, por racismo. Las clases de castellano son también un ejercicio de aceptación para todos, una apertura de mente, un viaje a otros mundos... pura mixtura, y eso para mí es belleza.

La base para que estas personas puedan establecerse en España sin problemas, es sin duda la lengua. Y que estos cursos que he impartido tengan carácter gratuito es algo realmente bueno para ellos, de hecho así lo han manifestado, dada la escasez de recursos de la que disponen. No olvidemos que el español ocupa cada día un papel más importante en el mundo, y que su enseñanza no solo limita el nivel de actuación a la Península Ibérica. Una segunda lengua como el castellano puede ser muy útil también para viajar por el mundo, ya que actualmente es el segundo idioma más hablado del globo.








Estos meses, he conseguido despegarme de los ojos la niebla de la existencia, como el Augusto Pérez de Unamuno. Y ahora camino más firme, oteando el horizonte con la pluma en la mano, cargada de buenos momentos y sobre todo, de infinitas ganas. Septiembre se presenta escabroso, pero he regresado decidida a no abandonar por más tiempo este sitio, de manera que estaré aquí, para quien quiera leerme, desde la panza de una ballena, o desde el escritorio de mi cuarto.






Un saludo a todos.




sábado, 13 de junio de 2009

Eterna Gota


Todos tenemos una forma de empezar
una misma manera de comenzar
esa formula que surge siempre primera
ese beso que divaga entre nuestros labios
saludando en el primer cielo
de la boca.
Nariz en mano huelo tus huesos
estrecho mi mano a tu vientre
y me dejo ser
(círculos
concéntricos
de hambre).
Somos hondas de carnaza aproximándose
manchas dibujando nubes allí arriba
inercia centrípeta hacia nuestro sexo.
Somos bajo el mar burbujas de sangre.
Desde las bodegas de tu angustia
surge caudalosa la condena
tambores simulando rabia.
Dientes de trapo y grito ahogado.
El calor apelmaza las cuerdas de la guitarra
aplaude secundario el sudor en mis axilas.
Y el ritmo de mis sentidos vuelca mi histeria en el vacío
de tus páginas de piel y carne.
Te escribo mientras llevo el cuchillo.
Eres
eterna en mi hierro
libre en el reflejo de la hoja
gota de vida mientras te apagas.






HÉCTOR ALONSO

miércoles, 20 de mayo de 2009

Hasta siempre, amigo Benedetti


Se trataba de un muchacho corriente: en los pantalones se le formaban rodilleras, leía historietas, hacía ruido cuando comía, se metía los dedos a la naríz, roncaba en la siesta, se llamaba Armando Corriente en todo menos en una cosa: tenía Otro Yo.

El Otro Yo usaba cierta poesía en la mirada, se enamoraba de las actrices, mentía cautelosamente, se emocionaba en los atardeceres. Al muchacho le preocupaba mucho su Otro Yo y le hacía sentirse imcómodo frente a sus amigos. Por otra parte el Otro Yo era melancólico, y debido a ello, Armando no podía ser tan vulgar como era su deseo.

Una tarde Armando llegó cansado del trabajo, se quitó los zapatos, movió lentamente los dedos de los pies y encendió la radio. En la radio estaba Mozart, pero el muchacho se durmió. Cuando despertó el Otro Yo lloraba con desconsuelo. En el primer momento, el muchacho no supo que hacer, pero después se rehizo e insultó concienzudamente al Otro Yo. Este no dijo nada, pero a la mañama siguiente se habia suicidado.

Al principio la muerte del Otro Yo fue un rudo golpe para el pobre Armando, pero enseguida pensó que ahora sí podría ser íntegramente vulgar. Ese pensamiento lo reconfortó.

Sólo llevaba cinco días de luto, cuando salió la calle con el propósito de lucir su nueva y completa vulgaridad. Desde lejos vio que se acercaban sus amigos. Eso le lleno de felicidad e inmediatamente estalló en risotadas. Sin embargo, cuando pasaron junto a él, ellos no notaron su presencia. Para peor de males, el muchacho alcanzó a escuchar que comentaban: "Pobre Armando. Y pensar que parecía tan fuerte, tan saludable".

El muchacho no tuvo más remedio que dejar de reír y, al mismo tiempo, sintió a la altura del esternón un ahogo que se parecía bastante a la nostalgia. Pero no pudo sentir auténtica melancolía, porque toda la melancolía se la había llevado el Otro Yo.




"El otro yo"
MARIO BENEDETTI (1920-2009)

martes, 5 de mayo de 2009

La torre de marfil


A veces, un amigo, a las 2 de la mañana, sacude los cimientos de tu torre de marfil...




MANIFIESTO POPULISTA

Poetas, abandonad vuestros armarios,
abrid vuestras ventanas, abrid vuestras puertas,
habéis estado demasiado tiempo enterrados
en vuestros mundos de clausura. .
Bajad, bajad,
de vuestras Colinas Rusas y vuestras Colinas Telégrafos,
vuestras Colina Faro, y vuestras Colinas Capilla,
vuestros Montes Análogos y vuestros Montparnasse,
bajad a pie colinas y montañas.
Bajad de vuestras cúpulas y poltronas.
Los árboles caen todavía
y no volveremos a los bosques nunca más..
No hay tiempo ahora para sentarse en ellos
mientras los hombres queman su propia casa
para cocinar a su cerdo.
No más cánticos Hare Krisna
mientras arde Roma.
Está quemándose San Francisco,
en el Moscú de Mayakowski está ardiendo
la gasolina fósil de la vida.
La Noche y el Caballo se acercan
comiendo luz, calor y poder
y las nubes tienen pantalones.
No hay tiempo para que el artista se esconda
encima, más allá o detrás de los escenarios,
indiferente, limpiándose las uñas,
refinándose fuera de la existencia.
No hay tiempo para nuestros pequeños juegos literarios,
no hay tiempo para nuestras paranoias y nuestras hipocondrías,
no hay tiempo para el miedo ni para el enojo,
sólo hay tiempo para la luz y el amor.
Hemos visto a las mejores mentes de nuestra generación
destruidas por el aburrimiento en las lecturas poéticas.
La poesía no es una sociedad secreta,
no es un templo tampoco.
Palabras secretas y cantos ya no sirven.
Ya concluyó la hora del Om,
viene la hora del lamento,
la hora del lamento y del regocijo,
viene el final de la civilización industrial
de lo que perjudica al hombre y a la tierra.
Es la hora de encarar el exterior
en la posición del loto
con los ojos abiertos de par en par,
la hora de abrir vuestras bocas
con un nuevo discurso abierto,
la hora de comunicarse con todos los seres que sienten,
todos vuestros Poetas de las Ciudades,
colgados en los museos, yo incluido,
todos vosotros poetas para poetas que escribís poesía
sobre poesía,
todos vosotros poetas de lenguas muertas
y deconstruccionistas,
todos vosotros talleres de poesía
en los sótanos del corazón de América,
todos los domeñados en la casa de Ezra Pound,
todos vosotros poetas monstruosos cortados a patrón,
todos vosotros poetas concretos y estresados,
todos vosotros poetas cumilingües,
todos vosotros poetas de servicio de pago que os quejáis con graffitti,
todos vosotros versificadores del Metro incapaces de hacer rima
todos vosotros maestros del haiku
en las siberias de América,
todos vosotros ciegos ilusos,
todos vosotros supersurrealistas que os ocultáis a vosotros mismos,
todos vosotros visionarios de habitación
y agitadores de retrete,
todos vosotros poetas grouchomarxistas
y camaradas de la clase ociosa
que vagueáis todo el día
y habláis acerca de la clase proletaria.
Todos vosotros anarquistas católicos de la poesía
todos vosotros montañeros negros de la poesía
todos vosotros bramanes de Boston y bucólicos de Bolina
todos vosotros canguros de la poesía
todos vosotros hermanos zen de la poesía
todos vosotros amantes suicidas de la poesía
todos vosotros profesores greñudos de la poesía
todos vosotros reseñistas de la poesía
bebiendoos la sangre del poeta
todos vosotros policías de la poesía
¿dónde están los niños salvajes de Whitman?
¿dónde las voces fabulosas que recitan
con sentido de la dulzura y de lo sublime?
¿dónde la nueva visión fabulosa,
la fabulosa perspectiva del mundo?
¿la elevada canción profética
de la tierra inmensa
y todo lo que canta en ella
y nuestro vínculo con eso?
Poetas, descended
a la calle del mundo una vez más
y abrid vuestras mentes y vuestros ojos
con el antiguo deleite visual,
aclarar vuestras gargantas y hablad alto,
la poesía está muerta, larga vida a la poesía
de ojos terribles y fuerza de búfalo.
No esperéis a la revolución
o sucederá sin vosotros,
parad de susurrar y gritad
con una nueva poesía abierta de par en par
con un nuevo lugar público de sentido común
con otros niveles de subjetividad
otros niveles subversivos,
un tenedor incrustado en el interior del oído
para cavar la superficie.
De vuestro propio dulce yo que aún canta
hay que declarar la palabra colectiva
la poesía el común vehículo
para transportar al público
a lugares más elevados
de los que otros vehículos pueden alcanzar.
La poesía aún cae de los cielos
a nuestras calles todavía abiertas.
No han abandonado las barricadas todavía,
las calles aún vivas con caras
de adorables hombres y mujeres
que se pasean aún por allí,
hay criaturas adorables por todas partes aún,
en los ojos de todos el secreto de todos
sigue enterrado todavía,
los niños salvajes de Whitman todavía duermen allí,
despertaros y cantad al aire libre.



Lawrence Ferlinghetti









Gracias por el terremoto.

domingo, 12 de abril de 2009

Glup


Los domingos escribo. Los domingos, me duele la cabeza y suele ser de aburrimiento, o del peso de toda la maldita semana, que se acumula ahí, en las sienes. Los domingos me da por pensar y por autotorturarme con cosas como "Debí haber dicho...", "Si lo llego a saber no voy...", "La próxima vez no lo hago...", y demás milongas absurdas que no sirven de nada, porque para el próximo domingo seguiré sin haber dicho lo que tenía que decir, yendo adonde no quería ir, y volviendo a hacer "eso" que dije que no haría. Pero la vida es así. ¿Así? ¡Pues maldita sea, menuda soberana mierda! Te pasas la puñetera adolescencia rebelándote contra ella, y al final, no te queda más asqueroso remedio que pasar por el aro y ver con tristeza que si no quieres estar solo, has de no decir lo que tenías que decir, ir adonde no querías, y volver a hacer aquello en lo que juraste no reincidir. Y además, quedarte tranquilo con frases como "la vida es así". Tragar, tragar, tragar... Tragar para no defraudar, tragar para no discutir, tragar y tragar siempre como si nos gustara. Ahora que, en lo de engullir mierda, siempre hay quien deglute y quien no, suele ser una dicotomía que se basa en un apestoso "dar-recibir". Unos dan y dan, y otros reciben y reciben. En este caso y al contrario de lo que pueda parecer, es el individuo activo, el dador, el que traga; mientras que el pasivo, que también da, claro está, pero menos, no se da -valga la redundancia- nunca cuenta ( o no quiere dársela) de absolutamente nada. Y yo me pregunto, ¿llegará un momento en el que te ahogues o sencillamente el desagüe se atrancará?Porque antes, esto de escribir me hacía las veces de desatascador. Pero por eso de dar, dar y dar y dar y dar, pues me quedo sin tiempo, oiga. Di que he oído de gente que empezó haciendo cosas que no le gustaban en absoluto y terminaron dominando la técnica, si no, que se lo pregunten a alguna artista de los blow jobs, que para el caso que nos ocupa es bastante ilustrativo...
Entretanto tarareo canciones de Inexistentes ("[...]Mierda de guión, yo creí que mi vida era un peliculón[...]"), y de Stravaganzza ("[...] Y en soledad, me lamento[...]"), y brindo con Neobrufén 600 por todo el tiempo perdido, mi sueño frustrado de ser cantante de heavy melódico y la guitarra abandonada, la carrera de Bellas Artes que no hice, las clases de ballet y piano que nunca tomé, y el libro de viajes que nunca escribiré.
El futuro se vislumbra turbio, amigos, pero siempre nos quedará el bukkake.

domingo, 5 de abril de 2009

Burbuja


Las mujeres creemos que con cortarnos el pelo después de un palo duro, todo cuanto nos asfixiaba pasa a la historia, cortado de raíz exactamente igual que si fuera un mechón. ¿Acaso somos gilipollas? Porque cuando sales de la peluquería toda tu mierda sigue estando ahí, intacta, por más higiénica que quieras ser. Pero, inconscientemente, y por lo general, tendemos a la tijera, o al tinte, o a la ropa nueva, o a viajar lejos, todo dependiendo del grado de desesperación y pasta que tengas. Ojalá en un TACHÁN!!, PLAS!!, VOILÀ!!, se esfumaran las cosas como voluta de humo de cigarro. Pero no. Cambiamos el espacio porque no podemos cambiar el tiempo, y eso, queridas mías, no sirve de nada, así que dejaros crecer la melena. Por cierto que hablando de tabaco, la otra noche fumé. Sí. Teníamos un pompero, de esos de hacer pompas de jabón. Se me ocurrió la feliz idea de echar humo a través del circulito que se moja en el mejunje jabonoso, y surgió la maravilla, todo el bareto mirando ensimismado cómo las burbujas flotaban en el aire, espeso de sudores. Es todo un espectáculo explotar la esfera transparente y ver cómo el humo pierde su forma redonda y se expande. Buena alternativa también, ¿no? Soplar los problemas adentro de una gran, gran burbuja. "Maniobras de escapismo", lo llaman los Love of lesbian. Supongo que cada uno tiene la suya, y que yo pronto encontraré la mía. De momento, como no he conseguido otro pompero, los voy encajando lo mejor que sé, cual piezas de Tetris, con la musiquita Arcade bien alta, para ahogar los tambores de las procesiones de Semana Santa.

martes, 10 de marzo de 2009

Acabo de llevarme un chasco. Lo que me ha llevado a reflexionar sobre la propia palabra. ¿Se dice "chasco", o "fiasco"? La RAE me saca de dudas:


chasco1.(Voz onomat.).1. m. Burla o engaño que se hace a alguien.2. m. Decepción que causa a veces un suceso contrario a lo que se esperaba. Buen chasco se ha llevado Mariano.

fiasco.(Del it. fiasco).1. m. Fracaso, decepción. Sus amores terminaron en completo fiasco.

Tan grande es la decepción que mi mente ha seleccionado dos sinónimos para la misma, es increíble.
Voy a usar mi experiencia para advertir al personal que esté en disposición de convertirse en escritor: estáis a tiempo de retiraros. Sí, sí, habéis leído bien. Al menos, profesionalmente hablando. Corréis el riesgo de estampar vuestra cabecita llena de ilusiones literarias contra el muro de Papá Comercio y Mamá Dinero.
Todavía soy una inexperta en esto, pero ya voy viendo las desilusiones que mi amor por la escritura me va a ir proporcionando en pequeñas dosis. Seguramente, si las tolero bien, me haré inmune, como los niños de posguerra al matarratas. De momento no estoy por la labor.
Una acepta con gusto ser miembro de un concurso literario, y se traga 9 novelas en un mes, escudriñándolas meticulosamente hasta estar segura de cuál merece el primer premio, todo en temporada de exámenes en la universidad, un verdadero reto llevado a cabo por amor al arte, sí señor. Se reúne el jurado, se eligen tres novelas ex aequo, y se pone fecha para la entrega de premios. Hasta aquí todo genial, participar como miembro del jurado del concurso que te dio a conocer como escritora es un verdadero orgullo. Soy la persona más ingenua que pisa bajo las estrellas. Una semana antes de la entrega de premios, me avisan de que hay que descartar una de las novelas (el autor ha renunciado al premio por una oferta más interesante), y premiar a otra que sea de la zona, de lo contrario, descenderá la repercusión en los medios.
¿No se supone que estamos premiando la calidad? ¿Es que esto es un concurso regional? ¿Mi premio fue en realidad inmerecido?


Entre el Plan Bolonia y cositas así, se le revuelven a uno las tripas...

domingo, 22 de febrero de 2009


Es un maldito domingo cualquiera, las tantas de la madrugada, y yo practico la escritura automática, sin saber muy bien por qué ni para qué, que de eso se trata. Según Freud, eso sacaba de adentro, de la región oculta de la mente, las pulsiones internas reprimidas, y los surrealistas supieron aprovechar muy bien esa idea. Quizá la visita al MUSAC esta tarde me ha removido la conciencia artística.

Yo no sé qué quiero sacar o si quiero sacarme algo de adentro. Lo cierto es que aquí estoy, metida en la cama con el minúsculo portátil sobre las rodillas, esperando que salga algo bueno de mi ejercicio. Con suerte no me quedaré miope hasta dentro de 5 años. Cuando tenga 28 seré una profesorcilla gafapasta de las de coderas en la americana. Pero sexy, eso sí. Recuerdo que un buen amigo me dijo una vez que yo apuntaba a ser una treintañera cañón. Dios le oiga.

Lo cierto es que la escena parece de película, solo me falta el cigarrillo en la boca. Pero por mucho que uno chupe palitos de cáncer, las musas a veces pasan de la nicotina. Y eso, claro, hace que defeques mentalmente en Zeus, o lo que es lo mismo y para ser más clara, que te cagues en su padre.

Tengo la cabeza un tanto embotada, y pienso en lo bien que me sentaría dar una vuelta con el coche, ventanilla abajo. Pero los que intentamos hacer de la escritura una forma de vida tenemos dos problemas: la inspiración, y la pasta. Falta de ambas, lo cual está estrechamente relacionado. Es una ecuación sencilla: si no hay inspiración, no hay novelas, y si no hay novelas, no hay pasta. Si se rompe el coche y no hay pasta, hay coche roto. Luego no hay paseo ventanillas abajo ni ventanillas arriba. La cabeza sigue embotada, y las musas sin venir. ¡Maldito 15% de derechos de autor...no da para un carajo! Menos mal que sí hay anécdotas, como que la librera del pueblo me acuse supuestamente de competencia desleal por no llevarle ejemplares de mi libro (la señora no quiere entender que se vende en una librería virtual, cosa exigida por las bases del concurso que me lo publicó), o que el último viaje en coche fuera a empujón, gracias a un anónimo chofer jubilado que logró ayudarme a arrancarlo en el parking de la facultad. Y es que aun hay gente buena, no como los que se montan en su automóvil sin hacer caso omiso de que en sus narices hay un señor de 60 años y una cría empujando un coche, o los que tratan de sacar tajada como sea de los logros de una principiante.
No sé qué diría Freud de todo esto, seguramente lo relacionaría con un trauma sexual infantil. Yo digo que son las tres y media y su maldita escritura automática no ha dado ningún fruto comestible.

Y tras el embotamiento, llega Morfeo a darme un beso en la frente. Le pregunto por sus primas, y él me arropa y me arrulla mientras me cuenta que posiblemente en Honolulu, disfrutando de unos daiquiris y un buen masaje hawaiano.

Visto el panorama, decido que Hawai queda un pelín lejos y me enrollo con Morfeo, que me falla menos que sus parientes y además, besa muy bien.

sábado, 24 de enero de 2009

El rap del estropajo

"Se te va a pasar la vida limpiando el salón".
No lo digo yo, lo dice La Mala.
Frunce el ceño
y no me dice nada.
Es el rap del estropajo.
El arte de esquivar balas.
Pudrirse en la cocina
contándose las canas.
Planchar sus camisas,
oir sus chorradas,
llorar a destiempo
y no reirse nada.
Pero que esté todo limpio,
que el día se acaba,
y hay que entrar en el Guiness
del plumero y las chachas.
Y el delito no es estar
siempre en la suciedad,
es creer, es pensar,
que ese es tu lugar.
Si no eres una bruja,
tira esa escoba ya.
Hay muchas otras cosas
con las que podrás volar.
Es el rap del estropajo.
El arte de esquivar balas.
Sufrir las consecuencias
de una sociedad arcaica.
"Se te va a pasar la vida limpiando el salón".
Te lo digo yo. Lo calla toda España.

viernes, 16 de enero de 2009

El final de la inocencia


En términos de amor y odio, algo que a mi juicio no tiene por qué darse por separado, podría decirse que te estoy detestando ahora mismo. Que te detesto con todas mis ganas por no estar aquí, por despreciarme también, por dejar que esto se haya deteriorado tanto tanto tanto. Sí, te odio. Te echo mucho de menos, y eso me hiere. Además estás en las canciones y en las frases, en sentencias que yo te querría decir, en sones que te querría cantar. Pero de pronto recuerdo que ya no tenemos quince años, y que las cositas a nuestra edad se dicen a la cara. Olvido que las máscaras son el modo de mostrarnos complétamente desnudos, claro. Los cara a cara suelen evitarse. De todas formas es tarde. "Ya nada será igual, es el final de la inocencia".


Y Eva me canta al oído mientras conduzco el coche:


"Iba a hacer

una canción cruel,

escrita en tu honor,

que sacara de mí este veneno.

Pero en un sueño vi

tu alma

destrozada.

Y al despertar lloré

porque una vez

creí ser tu hermana".



Como digo, el amor y el odio no tienen por qué darse separados. Es curioso de hecho, cómo pueden pisarse uno y otro sentimiento, hasta entorpecer los acercamientos y los perdones. Bendito orgullo humano. Lo deshecho, lo desaucio, lo exilio. Sabina me recuerda que te echo de menos. Yo le digo que:


"No quise retenerla, ¿de qué hubiera servido

deshacer las maletas del olvido?

Pero no sé qué diera por tenerla ahora mismo

mirando por encima de mi hombro lo que escribo".




Ay, amigo Sabina, qué difícil es hacerse mayor...




Love´s the funeral of hearts...