Ich

Mi foto
Halloween Town, Spain
No soy tan loca como imaginan ni tan cuerda como quisieran. Soy un sueño destilado, una esencia enfrascada en cristal, el viento que abanican tus pestañas... yo soy... nada.

martes, 26 de enero de 2010

Del cambio de convocatoria y otro males universitarios


Queridos lectores:

A unas 6 horas de alcanzar los 24 años, he llegado a la sabiduría máxima gracias a la aprehensión de dos verdades universales:

1- Jack Black es la hostia.
2- La vida a veces es una MIERDA.

Cuántas veces me habrán oído decir los que me quieren y me tratan a diario eso de "Este despiste mío un día me va a dar un disgusto gordo"... Ya lo decían los griegos: "gnosi seauton", conócete a ti mismo. Y la, hablando en plata, putada es que después de conocerme como me conozco todavía me sorprendo de cosas como que a mitad del examen de Semántica la profesora me diga que no estoy en las listas. ¡¡Tachaaaaaaán!! ¿Por qué? Sencillo: en tercera matrícula hay que solicitar el cambio de convocatoria para Febrero. Y hablando en términos semánticos, "tercera matrícula" connota que siendo perro viejo, tendría que haberme acordado, leñe (¿o era presupone? ¿O sobreentiende?). ¿Pero qué emoción tendría matarse a estudiar hasta que me sangren los codos si al final pudiera presentarme tranquilamente al examen y optar a aprobar? Está claro que no hay que tomarse las cosas tan en serio... Ponerse tan nervioso por una puñetera prueba escrita como para olvidarse de cambiar la maldita convocatoria no es sano. Pensándolo bien, debería relajarme un poco más en esto de convertirme en docente. Cuando salí del examen, conduciendo sin saber adónde, me perdí en el "maravilloso" y "apacible" barrio de Corea con la Rabia como copiloto. Todo el mundo sabe que las mujeres no entienden los mapas, así que ni ella ni yo nos poníamos de acuerdo para salir de tan endiablado lugar. Al final aparqué junto a un prado cuajado de bragas al sol, y puse el primer disco de Tenacious D para intentar relajarme. Me dije: Mira a Jack Black en "School of Rock"... ¿Era o no era un profe cojonudo? El tío rebosa tanta confianza y tranquilidad que, una vez lo examinó de música el mismísimo Diablo, y fue capaz no solo de tocar la mejor canción del mundo, como éste le había pedido, sino incluso de hacerle un tributo a aquella canción y evitar que su hermano se convirtiera en la putita de Satán:





Esto me hizo tomarme las cosas de otra manera, y recordé que este domingo, lejos de ser un día cóncavo, va a ser día de grabación de los coros para el disco de Inexistentes, en los que estoy colaborando. Así que, haciendo caso a Fito, "mientras me aguanten los huesos, yo quiero seguir cantando". Veremos si voy directa a Junio con Semántica, o si hay suerte y el Rector me permite, excepcionalmente, presentarme con los de Lingüística el día 11. Todo es posible. Mientras tanto, LET´S ROCK!!!


viernes, 22 de enero de 2010

Los colores de una sombra


Hay veces que el subconsciente arrastra la letra perfecta hasta tus labios, la letra de una canción que puede hacer años que no escuchas, y que expresa a la perfección lo que llevas dentro. Siempre me ha parecido curioso ese mecanismo de la mente. Las palabras exactas en el momento preciso. Le dan ganas a uno de, llegado el momento, ponerse a cantar.



http://www.youtube.com/watch?v=jqJKTflmmjo



No sales nunca en las conversaciones,
entre nosotros nadie habla de ti,
es la verdad.

No digo esto para impresionarte,
veo aquellas horas descendiendo,
cada día un piso más.

Te he dedicado líneas sin sentido,
líneas que sin puntos son abismos,
te podrías asomar.

Sin dudar yo lo haría de ti.
¿Comprenderás si te hablo así?
¿Te ofenderás? Lo conseguí:
Ya no eres más que sombras.

Quizás te estoy mintiendo,
resulta que no puedo aceptar
que aún te eche de menos
y que este menos vaya aún a más.

Y ahora miento casi siempre,
todo el mundo lo hace,
engaño a otros y me engaño a mí.
¿Para qué diablos sirve la verdad?

Y mis naves ya se hunden
sólo al mencionarte,
naves que se hunden,
os saluda digno y roto el capitán.

¿Comprenderás si te hablo así?
¿Te ofenderás? Lo conseguí:
Ya no eres más que sombras.

Estás hablando para nadie,
basta, ¡cállate!
Estás perdiendo el juicio,
ya no hay nadie aquí.

Pero si me has escuchado,
vamos, ¡largate!
O quédate, mi sombra.
¿Y si a cambio te lo digo una vez más?

Ya ves, te estoy mintiendo,
ya ves, no lo he podido aceptar,
que aún te eche de menos
y que este menos vaya aún a más.

Cada vez que te recuerdo viene a mí una imagen,
éramos tú y yo de safari en el parque.

Love´s the funeral of hearts...