Ich

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Halloween Town, Spain
No soy tan loca como imaginan ni tan cuerda como quisieran. Soy un sueño destilado, una esencia enfrascada en cristal, el viento que abanican tus pestañas... yo soy... nada.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Tempus fugit


Vengo a vomitar palabras bajo los influjos oscuros del té negro, a saber, el de mayor contenido en teína que existe. Es lo que nos queda a los que detestamos el café. Digamos que me espera un día duro...

Está nevando afuera. Pero no cuaja. Cómo echo de menos aquellas nevadas hasta medio muslo... aquellas resbaletas que bajábamos haciendo del trasero un trineo, auquel "No, mamá, pero si no tengo frío" mientras te castañeteaban los dientes, aquel chocolate caliente con frisuelos de la abuela mientras se te descongelaban los dedos al calor de la chapa de la lumbre... Mis recuerdos infantiles más felices lo he vivido bajo una bufanda de lana, curtiéndome al frío del norte. Hoy el gélido soplido del cielo me ha traído aires con regusto de niñez.

El tiempo ha cambiado. Y no me refiero solo al climático, como es evidente, sino al tiempo en sí. A medida que crecemos, se va encogiendo, hasta prácticamente desaparecer, como una paradoja cruel. Los tiempos de nevada no solo eran felices, sino largos. Había tiempo para los trineos, para la matanza en San Martino en la cálida cocina de leña de mi abuelo, para la Navidad alegre y con regalos... Ahora, en un parpadeo de ojos es primavera, y estoy harta de perderme el invierno. Sospecho que algún trasgu anda escondiéndome los minutos a pellizcos pequeños, y que por eso no me doy cuenta. Pero prácticamente desde el comienzo del curso no he tenido ni un hueco de soledad para poder ponerme nostálgica, para desempolvar la pluma y llenar un folio, para mancharme los dedos de carboncillo o arrancarle alguna canción a Penumbra, mi guitarra. Voy dejándolo todo para más adelante, para mañana, para dentro de un rato... Y eso conlleva no solo la acumulación de tareas, sino también la de trastos. El bazar de mi cuarto está a punto de desplomarse, y no comprendo cómo ha llegado a tal estado siendo una maniática del orden como he sido siempre. El caso es que miro atrás y no recuerdo cuándo empezó todo (de nuevo el trasgu me hace jugarretas con la memoria); me refiero al desorden, a la pésima organización que me carcome. Creo que se debe a un desorden interior que ha terminado por plasmarse fuera, y como estoy llevando a cabo la empresa imposible de volver a los orgígenes, esta tarde he decidido dedicarla a ordenar mi habitación, sin siestas ni descanso de por medio (no quiero darle más oportunidades a ese pillo duende).

De ahí el delicioso té, que de paso me calienta las manos, pues sigue nevando afuera. La guinda sería un chocolate de mi abuela. Pero hay cosas a las que desgraciadamente, no se puede volver.

5 comentarios:

Unknown dijo...

una maravillosa reflexión acerca del pasado pasado pasado. En busca del tiempo perdido. recuerdos que se almacenan y casi se convierten en dañinos porque son aquellos que se ocultan detrás de una puerta de la que ya no tenemos la llave y jamás podremos volver a vivir.

Saludos

Delirio dijo...

Madre mía, y quien diga que cambia todo eso por unos días de playa torrándose al sol no sabe lo que dice... ;)
Un besín

ana dijo...

En diciembre sacan la pelicula(el crepusculo) aunque sinceramente,prefiero a mi edward imaginario,es mas chachi que el que va hacer de el en la peli,pero bueno,espero no decepcionarme!

y espero comprarme los tres libros que me quedan por leer,eclipse,luna nueva y el ultimo amanecer,pero esque no tengo pasta :_

:* guapa!

ana dijo...

no me puedo creer que estés en este nuestro planeta tierra sin saber que es el choleck. xD


http://images.google.es/images?client=firefox-a&rls=org.mozilla%3Aes-ES%3Aofficial&hl=es&q=choleck&btnG=Buscar+im%C3%A1genes&gbv=2




estoy pensando en que si dibujase bién podria hacer un dibujo de como me imagino a edward ''de verdad'' porque cedric ese vale,es algo''apto'' pero esque a mi el dibujo,como que no me quiere,pero aver si lo intento.

:p

Roberto Tega dijo...

Dices muchas cosas con las que puedo sentirme identificado. Y además lo cuentas muy bien.
1. Yo también soy de la idea de que el tiempo en la infancia estaba mucho más estirado. Y no sólo eso. Mucho más denso. Los días eran larguísimos. Hoy en día te levantas de la cama y cuando te das cuenta ya te estás acostando otra vez arrastrando una jornada estúpidamente frenética llena de momentos insípidos y fugaces.
2. Las nevadas no son como las de antes ni mucho menos. Además de pequeños éramos pequeños cabrones valientes. Si me pongo ahora a bajar una cuesta nevada con el culo como trineo puedo morir de catarro en un par de horas.
3. Hay detalles en el texto que revelan que eres del norte. ¿Asturiana quizá? Si es así somos paisanos ;)
4. Mi mantenimiento de la habitación se reduce a hacer la cama por las mañanas y despejar mínimamente mi pequeño zulo. Casi siempre está desordenada. Y sí, creo que es un reflejo de mi caos mental.
5, La imposibilidad de volver y cambiar las cosas o simplemente volver es una (otra) de las putadas de esta vida lineal.

Así que nada.

Te sigo leyendo con gusto

Un saludo


Love´s the funeral of hearts...