Ich

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Halloween Town, Spain
No soy tan loca como imaginan ni tan cuerda como quisieran. Soy un sueño destilado, una esencia enfrascada en cristal, el viento que abanican tus pestañas... yo soy... nada.

jueves, 8 de julio de 2010

Vamos, ven a mi árbol en flor, esta noche apagaremos la luz [...]. Con la punta de tus ramas rayarás la bóveda celeste y sacudirás el tronco invisible que sostiene la luna. De nuevo caerán los sueños como nieve tibia a nuestros pies. Tus raíces en forma de tacón de aguja las plantarás en la tierra, firmemente ancladas. Deja que me suba a tu corazón de bambú, quiero dormir a tu lado [...].

Dejo mi llave en su mano derecha. Estoy nervioso, y eso produce un ruido estridente en mi corazón.

-¿Por qué tienes dos agujeros?
- El de la derecha es para abrir, el de la izquierda para dar cuerda.
- ¿Puedo abrirlo?
- Está bien.

Hunde con delicadeza la llave en mi cerradura derecha. Cierro los ojos, luego los abro, como cuando nos besamos largo rato.
Sus párpados están cerrados, tan magníficamente cerrados. Es un momento de una serenidad apabullante. Toma un engranaje entre sus dedos índice y pulgar, suavemente, sin ralentizar su funcionamiento [...]. ¿Me estará haciendo cosquillas en el corazón? [...] Cuando me aprieta con los labios hasta los dientes me produce un efecto a lo Hada Azul de Pinocho, pero más verdadero. Salvo que no es mi nariz lo que se alarga. Ella lo siente, acelera sus movimientos, aumentando progresivamente la presión sobre mis engranajes. Ciertos sonidos se escapan de mi boca sin que pueda detenerlos. Estoy sorprendido, molesto, pero sobre todo excitado [...]. Y hacemos el amor despacio; somos los amantes más lentos del mundo, apenas nos rozamos con nuestras lenguas.





La mecánica del corazón, Mathias Malzieu

domingo, 4 de julio de 2010

Diario luso II

Por las noches, Lisboa se cubre los hombros con un manto de lentejuelas, pinta sus labios de neon, calza botas de metal, y se perfuma con salitre. Pero no se olvida nunca de quién es, por más que se empolve el rostro de influencias latinas y humedezca la garganta con cachaza, azúcar y lima. Porque Lisboa también es Brasil, aunque sin dejar nunca de tararear sus fados por lo bajo, a la manera en que se lleva la música en el alma, como el recuerdo de la nana de una madre. Y te saca a pasear por las "docas" del puerto, y de su brazo vas llenándote los ojos de colores.

jueves, 1 de julio de 2010

Diario luso I

Lisboa en verano es amarilla, como flor de jacaranda. Soy una abeja que tiene la suerte de empaparse en sus aromas, de esparcirse en sus jugos, juguetear en sus estambres y recorrer sus pliegues, como una amante complaciente. En la amplitud de su cáliz hay colores y placeres que me hacen sentir renovada, tierna e inocente, reconciliada con mi capacidad infantil para sorprenderme.

Love´s the funeral of hearts...