
A veces, me asomo un poco al precipicio, por el morbo de ver cómo sería la caída. Y siento ese vértigo antiguo amarrado a las entrañas, como cuando paladeo aquella hiel a la vuelta de una página -sin querer acostumbrarme a los estigmas aun candentes- y me sorprendo de que todavía duela como una astilla incrustada. Y sonríes, y me olvido de que lo peor no es caer, sino volverse a levantar. Hoy por suerte me levanto contigo.
No quiero tener en cuenta que existe esa posibilidad...
Y sonríes.
Y me olvido.
2 comentarios:
me encanta tu camiseta del gato!!!!!!!!!
A veces se parece más a un combate que a cualquier otra cosa ¿a que sí?
Al final una sonrisa puede arreglarlo todo ... por un tiempo
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